Cortázar dijo que el Ché tenía sus mismas ideas pero la valentía necesaria como para llevarlas a cabo. Melania tenía valentía y genio suficiente. Pero no tuvo la suerte ni la oportunidad. Lo más que pudo expresar sus ideales fue en alguna que otra manifestación. Y dejando pasar delante en la cola a la viejecita de turno. Aún con la clara y real intención de luchar por lo que fuera necesario sus padres le pagaban todo, no le gustaban las peleas ni ningún tipo de violencia, ni los protagonismos que hacen falta para llevar la voz cantante. ¿Cobarde?. Es posible. ¿Acomodaticia?. A nadie le amarga un dulce. Y no tenía ya edad de ir de mochilera por las calles, ni ganas. Y más excusas, que para eso siempre hay. Para eso están los que tienen el poder. Nosotros sólo podemos votar. Y nos aburre. Y de vez en cuando se encuentran los autodefinidos como "conservadores" que todavía piensan que en época de algún dictador se vivía mejor, o que militan en un partido que en sus filas está un antiguo ministro de la dictadura. Que me quemo, que me quemo, y estoy hablando yo. Pero volvamos a lo nuestro. Melania metidita en su casa veía los programas de debates políticos y los criticaba, se sentía implicada, pero no pudo (con o sin excusas) mover un dedo. Con su vida exactamente igual. Tomaba partido por cosas que luego no llevaba a cabo, fracasada de antemano se arrinconaba cada vez más en su cómodo sillón. Intentó algunas cosas pero nunca era lo que esperaba, sólo hipocresía y demagogias. La palmadita en el hombro para dejar dormir tranquila la conciencia. Me gustaría añadir algo así como "hasta que"... Pero no, así siguió toda su vida. Como todos. Todos somos un poco Cortázar.