28.12.08

Lo sabía desde el principio. Él me falló hace años y ahora busco como muerta de hambre, amor. Y cuando uno lo hace todo desesperadamente, no puede salir bien. La dignidad la dejamos tirada por el suelo y nos manchamos de todo. Manchas que no se pueden ya quitar, pero que ni importa. Al menos, las manchas son vida. Algo pasó además de moverse el reloj en su ritmo tedioso y angustiante.

Desde hacía tiempo venía persiguiéndome. Te invito a cenar, Melania. Tú qué quieres, enamorarme. Dos mundos distintos. Nos repelíamos por muchas cosas. Él decía que como tocaba en un grupo a las mujeres les parecía erótico festivo y le utilizaban. Que había mucha frivolidad. Yo supongo que le cansé con tanto libro, le parecería pedante. Pero no sabía defenderme frente a tanto mundo. El mío ha sido muy pequeño, casi sólo los libros y no podía recurrir a otras cosas.

Llamó horas después y tuvimos que ir donde él dijo. Mi amiga sólo repetía, "si un hombre quiere algo de tí, ya te buscará, no vayas detrás". Pero yo quería ir. Me repelía, otro mundo, físicamente no era nada, pero quería vivir. Vino, nos tomamos algo los tres y acompañamos a mi amiga a su casa. Después estábamos los dos muy tímidos. No sabíamos qué hablar, ni qué hacer. Así que, en medio de una frase, le corté y le besé. Besos que tenía guardados en mis sueños y que volaban sueltos por ahí. Cerca de una hora tuvimos los labios sin separarlos, jugando, acariciando, oliendo, disfrutando.

Días después, cuando ya pensaba que le habría parecido lo más aburrido de sus abundantes experiencias, me llama y me dice que qué hago al día siguiente. Nada, para variar nada, quedar contigo. Sólo por tres horas. Y llegó tarde. Me llevó a su casa, un piso moderno y en el centro, muy parecido a cómo me imaginé, con carteles de Jimmy Hendrix por las paredes, Blow up, libros de los Beatles, los Rollings, Jazz, DVD de la bola de cristal (¡)... Todo blanco y con un gato pequeño. Me puso un vino y música. B.B.King, Orfeo Negro, Round´midnight... Hasta aquí todo me parecía haberlo visto ya, o muy parecido, en mis sueños. Nada más acabar mi vaso me abordó, se echó encima mía y me besó. Con caricias más largas que el otro día, en medio de la calle. Le quité la camisa, me subió la falda. La música seguía sonando y siempre que se detenía para continuar en la siguiente, nosotros nos quedábamos también a punto de parar. Hasta que, ya casi desnudos, me indicó que le siguiera y fuimos a la cama. Besé y me aprendí de memoria sus tatuajes, su pulsera, su collar hecho a mano por un amigo, sus rizos. Él había dejado cualquier rastro de calidez y, seguro, indiferente y sin violencia llegó a donde quería llegar. Le dije que quería quedarme. Él me respondió que yo tendría problemas si lo hacía, y era cierto. Le respondí que eso era mi problema, pero viendo su reacción, decidí irme. Me acompañó pero llevándome por las calles corriendo, yo a unos metros detrás, no podía seguir sus pasos. Se reia y me decía que claro, con las piernas cortas que tengo... Se esperó un rato conmigo, cantando para sí "My Way" y le dije adiós.

No volvió a llamar, ni a dar muestras de vida.

Y volví a caer en mi misma mierda. No te enteras. Para qué pides sexo si luego sabes que no te basta. Siquiera un gesto de ternura. Nada. Quería llevarme a la cama y le dejé. Se lo puse facilísimo. Y yo ahora con la sensación de puta frustrada. Me queda la duda de si por esa dignidad perdida habría dejado por el camino esos momentos de felicidad y esperanza. Luego destruída, machacada, y que me machaca más aún, si cabe de lo que lo estaba. Pero viví. Dignidad sé que no tengo. ¿Eso qué es?. Pero la angustia me dejó un respiro esos días. Aunque ahora tenga que enfrentarme a una mucho peor...

1 Comments:

Blogger Jordim said...

Bien, el tipo no sale muy bien parado, pero ella tampoco; lo que más pone la piel de gallina es que esto es real como un puñetazo en el estómago..

9:08 PM  

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